Luego salí a recorrer el centro de la ciudad para ver que encontraba abierto para cenar y a esa hora las alternativas no eran muchas.
Frente al Parque Centenario, que es como la Plaza de Armas de la ciudad, encontré un lugar llamado “El club de los trabajadores del Guayas”. Un lugar popular en donde se reúne la gente a comer algunos platos (no tienen más de tres y todos a base de carne y patacones, que son bananas fritas), y a beber cerveza helada que viene muy bien con el calor de Guayaquil.
Más tarde volví al hotel a tratar de dormir, porque el calor de la noche y los mosquitos muchas veces impiden hacerlo.
Al otro día salí temprano en la mañana y me dirigí al Consulado de Chile en Guayaquil para averiguar sobre la situación anómala del permiso para estar en Ecuador de 10 días y luego de conversar con la Secretaria del Cónsul, me envío a Migración de Ecuador (que está frente al terminal de buses), que allí no sería difícil arreglar el problema y me dio a entender que no era necesario agrandar más el problema, que no era bueno para mí...
Luego de esto salí del Consulado y me encontré con el Malecón 2000. Este es un paseo muy moderno que se construyó y benefició mucho el entorno del lugar. Además de ser muy atractivo cuenta con juegos infantiles, locales comerciales, parques, museos, etc. Caminando por el Malecón llegué al MAAC (Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil) y entré a ver las exposiciones de los 10.000 años de la historia en Ecuador y otras exposiciones de arte moderno.
Después visité el barrio de “Las Peñas”, un lugar tradicional de Guayaquil y muy pintoresco por estar situado en un cerro llamado Santa Ana. Sus casas están pintadas de múltiples colores. (Se parece un poco a Valparaíso). Allí subí 444 escalones (están marcados) y me encontré con el Mirador del Cerro y con el faro que mira hacia el Río Guayas.
Una vez que visité el Barrio de “Las Peñas”, tomé el metrobus y me fui a Migración de Ecuador y luego de hablar con el personal a cargo, me renovaron el permiso por 90 días más y me daban las disculpas y me decían que en la frontera de Huaquillas a veces ocurrían situaciones de ese tipo, pero que no volvería a pasar.
Ya más tranquilo volví al hotel, y me dispuse a salir a cenar y a conocer algún lugar de moda de la noche guayaquileña, que por lo demás tiene mucha onda.
...
Temprano en la mañana salí a fotografiar algunos lugares que estaban pendientes: Monumentos, iglesias, casas, etc., y caminando llegué hasta el Mercado Sur, que cuenta con artículos de todo tipo. Eso sí, hay que andar con cuidado y estar pendiente de la mochila, ya soy un experto en eso.
Posteriormente volví al hotel y de ahí, en el mismo taxi, me fui al terminal terrestre para tomar un bus con destino a Montañita, una de las mejores playas de Ecuador y según dicen es el paraíso de los surfistas.
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