Luego de buscar un hostal, (cosa difícil ese día Sábado, ya que estaba todo repleto) nos juntamos a cenar, con Yesenia y sus amigas, en un restaurante del lugar y luego buscamos un lugar agradable para bailar y escuchar buena música. Acá en Ecuador le llaman “farrear”.
A ritmo de Reggaeton fue pasando la noche, y después de mucho baile me fui al hostal para salir temprano en la mañana a disfrutar de la playa.
El día siguiente hizo mucho calor y el sol quemaba cada cosa que se pusiera ante él, así es que bastaron unos minutos en el mar para quemarme fuertemente y después sentir los efectos en mi piel.
Ese día estuve en la playa casi toda la tarde. Una vez que el sol iba descendiendo, comencé a caminar por la playa cerca de 1 hora y ahí pude sentir lo que es vivir cerca del mar; esa tranquilidad que te da la brisa marina y el sonido de las olas, una tranquilidad absoluta.
El día siguiente hizo mucho calor y el sol quemaba cada cosa que se pusiera ante él, así es que bastaron unos minutos en el mar para quemarme fuertemente y después sentir los efectos en mi piel.
Ese día estuve en la playa casi toda la tarde. Una vez que el sol iba descendiendo, comencé a caminar por la playa cerca de 1 hora y ahí pude sentir lo que es vivir cerca del mar; esa tranquilidad que te da la brisa marina y el sonido de las olas, una tranquilidad absoluta.
Cerca de las 6:30 comenzó a atardecer y fue todo un espectáculo visual, ya que el cielo se pintaba de diversos colores y hacía que el espacio fuera especial. Allí estaba yo, presenciando ese atardecer en Montañita “El paraíso de los surfistas” un lugar muy concurrido durante el fin de semana, pero que a esa hora del día Domingo ya dejaba ver la tranquilidad de un pueblo solitario, ya sin tantos turistas.
1 comentario:
Estoy buscando info sobre Ecuador para Semana Santa y me encontré con tu blog. Muy útil, felicidades!!!
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